Había una vez un caballero, el creia que era bueno, amoroso y generoso, le gustaba matar dragones, pelear en batallas y rescataba princesas. Pero lo que más le gustaba era su armadura, le dedicaba poco tiempo a su familia y por eso su hijo no lo conocía y su mujer estaba enojada.
Su mujer se llamaba Julieta y su hijo Cristobal. Julieta era buena y comprensiva.
Julieta se enojó con su marido, le dijo - lo único que te importa sos vos mismo - y amenazó irse con su hijo. El caballero se puso triste y quiso sacarse la armadura. Pidió ayuda al herrero, pero no pudo y era el más uerte del reino.
Su mujer, a la noche, le tiró la cena en la cabeza, pero no la sintió porque su armadura no lo dejaba sentir nada. El caballero decidió buscar ayuda en el extranjero. Antes fue a despedirse del Rey, pero no estaba. En la puerta del Castillo estaba el bufón Bolsalegre.
Bolsalegre era un payaso divertido y se llamaba así porque tenía una bolsa con: bolitas mágicas, cartas y marionetas. El hablaba con rimas, al principio se burló del caballero, pero después le dió un consejo: "Andá al bosque a buscar al Mago Merlín"